La escalada de tensiones en Medio Oriente desencadenada por un presunto ataque israelí dentro de Irán ha sacudido los mercados financieros, elevando los precios del petróleo y generando preocupación entre los inversores. Los futuros del crudo estadounidense subieron un 2,1%, alcanzando los 84,5 dólares por barril, mientras que el crudo Brent, de referencia mundial, registró un aumento del 2%.
Las explosiones cerca de la ciudad iraní de Isfahán alimentaron temores de un conflicto más profundo en la región, con Israel aparentemente involucrado en los ataques. Aunque el ejército israelí se ha mantenido en silencio sobre los informes, un funcionario estadounidense confirmó un ataque israelí en territorio iraní.
La incertidumbre en los mercados ha llevado a los inversores a refugiarse en activos seguros, impulsando el precio del oro y provocando una caída en el apetito por activos de riesgo como el bitcoin. Además, los mercados bursátiles asiáticos sufrieron pérdidas significativas, con el Nikkei 225 japonés cayendo un 2,6% y el Kospi surcoreano perdiendo un 2,3%.
A pesar de la debilidad generalizada en los mercados, las acciones de los proveedores de petróleo experimentaron un aumento, contrarrestando la tendencia negativa. En Hong Kong, PetroChina y CNOOC registraron aumentos del 2,3% y 2,8% respectivamente, mientras que en Seúl, S-Oil Corp subió un 2,1%.
La situación en Medio Oriente sigue siendo volátil, y los inversores permanecen atentos a cualquier desarrollo adicional que pueda afectar tanto al suministro de petróleo como a la estabilidad económica regional y global.
