En Las Dunas de Las Calderas, en Baní, una tragedia ecológica se está desarrollando silenciosamente mientras las autoridades locales parecen permanecer impasibles. Dirigentes comunitarios alertan sobre la devastación que está ocurriendo en esta zona, donde la tierra arrasada es el testimonio de la explotación despiadada a la que están siendo sometidas las dunas en los últimos meses.
El proceso de explotación, llevado a cabo por invasores, implica cercar, talar y quemar la capa boscosa de las dunas, dejando un paisaje desolador a su paso. Orlando Mateo, dirigente comunitario de Las Calderas, describe la situación como un "fuego criminal" que ha consumido miles de metros de áreas boscosas.
Los invasores, aparentemente con la anuencia de autoridades tanto provinciales como del Ministerio de Medio Ambiente, han talado indiscriminadamente árboles endémicos como la saona, el aceitún y el guano barrigón, contribuyendo a la pérdida irreparable de la biodiversidad en la zona.
A pesar de las denuncias y la evidencia visual de la destrucción, las autoridades de Medio Ambiente han respondido de manera insatisfactoria, sugiriendo que el área afectada por los desmontes está fuera de la zona protegida. Esta declaración contradice la realidad, ya que Las Dunas de Las Calderas están bajo la protección de la ley ambiental dominicana.
La falta de acción por parte de las autoridades ha dejado a la comunidad de Las Calderas en un estado de impotencia y frustración. A pesar de las promesas de medidas de vigilancia y control anunciadas anteriormente, la depredación continúa sin cesar.
El daño ambiental se ha intensificado en los últimos dos meses, con nuevos desmontes, quemas y talas que están destruyendo la vegetación endémica de la zona. La falta de presencia de autoridades en el área es evidente, lo que ha llevado a la comunidad a clamar por una intervención urgente para detener esta catástrofe ecológica antes de que sea demasiado tarde.